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La 'homegirl' ofrece menú antipandillas

Patricia Zarate y empleada hablan de comida/Foto de Selene Rivera

El trabajo de Patricia Zarate consiste en, como ella lo puso literalmente, "apagar fuegos pequeños aquí y allá".

Y no es que ella se dedique a combatir siniestros de menor envergadura. No. Ella es la chef de Homeboy Industries, la organización sin fines de lucro que ayuda a ex pandilleros a reinsertase a la sociedad capacitándolos laboralmente, dándoles empleos y borrándoles tatuajes, entre otras cosas.

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Recientemente, Homeboy Industries inauguró el restaurante Homeboy Diner en la alcaldía de Los Ángeles, cuenta con Homegirl Café & Catering en Chinatown y distribuye salsas y  "chips" en una reconocida de supermercados del Sur de California.

Zarate prepara las recetas, prueba la comida, se cerciora de que el refrigerador y la despensa estén abastecidos siempre de comida,  y hasta le enseña a las  "homegirls" y "homeboys" a darles buen trato a sus clientes.

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"Para este trabajo se necesita mucha energía y parece ser que yo la tengo", dijo en broma la oriunda de Guadalajara, México, de 53 años de edad. "Yo creo que lo que me da esa energía y felicidad es ver a los empleados y empleadas jóvenes de esta organización hacer las cosas con tanta dedicación para poder salir adelante, ya que la mayoría de ellos han tenido unas vidas muy difíciles envueltos en la pobreza, el crimen y la cárcel y hasta con hijos en la adolescencia".

Sin descansar durante la entrevista que concedió a HOY y contestando las preguntas que los empleados le hacían en la cocina sobre recetas, compras y entregas a domicilios, Zarate contó que ella dejó su tierra natal en 1981 con el sueño de aprender a cocinar y hacer algo positivo con sus habilidades.

Al llegar a Los Ángeles, Zarate trabajó de cerca con el padre jesuita Gregory Boyle, fundador y director ejecutivo de Homeboy Industries, en la comunidad de la Iglesia Dolores Mission, en Boyle Heights. Ambos trabajaban en la lucha por la justicia de esta y otras zonas marginadas.

Zarate preparaba sus deliciosas comidas que a menudo distribuía para la comunidad. "Y no fue hasta el 2005 que tomé la responsabilidad de entrenar a decenas de jóvenes ex pandilleras para trabajar  en la industria de la cocina a través de Homegirl Café, que abrió sus puertas en la comunidad de Boyle Heights en abril de ese año", relató Zarate.

En aquel entonces, Homegirl Café tenía capacidad para  24 clientes. Ahora, localizado desde el 2007 en las oficinas principales de Homeboy Industries, el restaurante alberga a unos 86 comensales.

Así como han crecido las instalaciones de Homegirl Café, también lo han hecho sus servicios. Actualmente, Zarate entrena entre 30 y 35 empleadas. Su vida la dedica a trabajar desde las 7:00 de la mañana a las 11:00 de la noche, generalmente seis días a la semana. Y es que, aparte de cerciorarse que la comida del restaurante esté lista para los más de 400 clientes que llegan al día, ella también tiene que estar al pendiente de las ordenes que entregan a sus clientes en sus hogares y sitios de trabajo.

"Servimos diariamente a unas 300 personas con nuestros servicio a domicilio. Preparamos comida para eventos especiales, fiestas de todo tipo y juntas corporativas. Aunque hay días en que servimos a mucho más gente, simplemente la semana pasada nuestros servicios a domicilio sirvieron a unas 1,700 personas", indicó Zarate.

La venta de comida de Homegirl ha crecido a tal grado, que las empleadas también salen a vender su comida a seis "farmers' markets" (mercados al aire libre) en el  condado de Los Ángeles.

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Los retos para Zarate continúan con la apertura de Homeboy Diner en la alcaldía de Los Ángeles, ya que durante la segunda semana de junio el pequeño café abrió sus puertas con la responsabilidad de servir a unos 400 empleados municipales.

El pequeño café es una nueva aventura de la cual Zarate no está a cargo, aunque provee alguna de la comida que ofrece Homeboy Industries.

"El reto es grande si unimos todos los trabajos de supervisión que salen del restaurante. Como quiera que sea, me gusta porque puedo ayudar a más gente con necesidad de un salario estable", manifestó la chef.

Salsas y 'chips'

La organización, que tiene un presupuesto operacional de 9 millones de dólares al año, también le debe el éxito de su famosa línea de salsas a Zarate, ya que aunque son preparadas por El Burrito Food Incorporation, en City of Industry, las recetas originales son de ella.

Homeboy Industries empezó a vender las salsas y 'chips' en enero del 2011 para lograr estabilizar sus ingresos, ya que el año pasado la organización estuvo a punto de cerrar sus puertas debido a un déficit de 5 millones de dólares que enfrentaba. Incluso, tuvo que despedir a 300 empleados.

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"Desde su aparición en el mercado, las salsas proveen una ganancia mensual  de 20 mil dólares a Homeboy [Industries] y toda aportación es necesaria en una organización que actualmente ofrece servicios con el 25 por ciento menos de capital desde que inició de la recesión", dijo Verónica Vargas, portavoz de Homeboy Industries.  "Aun así, las salsas y Homeboy Diner son un ejemplo de nuestra diversificación y empuje para mantener esta organización en pie".

Las salsas de tomate verde, las de sabor a mango, pico de gallo, chile morita y mole, se venden en unas 256 tiendas Ralphs en todo el Sur de California. Y  aunque Zarate está orgullosa de sus salsas, admite que su mayor orgullo es ver diariamente a decenas de ex pandilleros cuando llegan a trabajar en lugar de andar vagando por las calles.

"Verlos aquí, aun más temprano que yo, peinados, limpios y listos para tomar sus oportunidades, me hace tomar la decisión de que esta posición no la voy a cambiar por más extenuante que sea", dijo Zarate. "Aquí me veo jubilándome".

Homeboy Industries abrió sus puertas en 1992 y hasta la fecha ha servido a más de 12,000 pandilleros con programas de capacitación laboral, remoción de tatuajes, clases de computación, desarrollo personal, economía básica, asesoría legal y hasta escritura creativa y música, entre otros servicios.

Sus negocios: Homeboy Bakery, Homeboy Silkcreen and Embroidery, Homeboy Merchandise, Homeboy Farmers Markets,  Homegirl Café y Homeboy Diner, solamente proveen el 30% de los gastos anuales de la organización, según Norma Gilette, vocera de la organización.

"La creación de estos negocios son para darle oportunidades de empleo a los jóvenes y [para] también [tener] un ingreso estable que en el  futuro pueda proveer todos los gastos de la organización, sin tener que depender de subvenciones gubernamentales", subrayó Gilette.


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