Cinco días a la semana, Jeremías Daniel Reyes, maneja desde su hogar en Koreatown hasta un restaurante Japonés en Westwood, sobre la Autopista 10 y luego se conecta con la Autopista 405. Es un recorrido que, en las mejores condiciones de tráfico, le toma de 45 minutos a una hora.
Sin embargo, el viaje podría tomarle mucho, mucho, más tiempo entre el viernes 15 y el lunes 18 de julio, si hace caso omiso a las advertencias que están haciendo las autoridades a los conductores de que eviten a toda costa el 405 esos días.
Y es que ese fin de semana esta programada la demolición del lado sur del puente Mulholland, ubicado sobre la Autopista 405, lo que provocará el cierre de 10 millas de esa vía -entre las autopistas 101 (Hollywood) y 10 (Santa Monica). Dicha clausura está prevista entre las 7:00 de la noche del viernes y las 5:00 de la mañana del lunes.
"No lo sabía", dijo Reyes. "Ahora voy a tener que levantarme más temprano y venirme por la calle. A ver cómo llegamos".
Esa es la gran pregunta que se hacen miles de conductores y trabajadores cuyos empleos están en el oeste de la ciudad. Algunos han optado por seguir las recomendaciones de las autoridades y prefieren ausentarse de la zona ese fin de semana.
Tal es el caso de Miguel García, quien trabaja en el restaurante del Country Club de Los Ángeles, en Beverly Hills. .
"Yo no quiero pelear con el tráfico", expresó García, quien vive en Panorama City, en el Valle de San Fernando, y viaja en autobús hasta su lugar de empleo.
Tanto él como otros trabajadores del lugar han pedido descansar esos días, anticipando congestionamientos viales y dificultades para llegar.
"Yo los pedí libre para no tener que lidiar con eso", dijo García.
No obstante, otros empleados apuestan a que el cierre de la autopista signifique una bonanza económica.
"El tráfico va a ser sobre Sepulveda y la gente va a necesitar ayuda", indicó Pablo Cruz, dueño del taller mecánico Bel-Aire Auto Care, ubicado sobre el Bulevar Sepulveda, una vía alterna que estará abierta durante el cierre del 405 y donde los trabajos de reparación sólo permiten un carril abierto en cada dirección. Pero esa calle sólo estará abierta para residentes locales.
"Yo digo que va haber más negocio, más recalentamiento de carros, más gente que nos va necesitar", dijo Cruz.
Él mismo viaja todos los días desde Arleta, en el Valle de San Fernando, hasta su taller. Pero lo hace en motocicleta y por la madrugada, y no cree que vaya a tener problemas para llegar a su negocio.
"Si no me puedo venir por la Sepulveda, me vengo por los cañones. Conozco bien y voy a llegar", señaló y agregó que lo único que piensa cambiar es su horario de cierre del taller. "A lo mejor me voy a tener que quedar más tiempo por si alguien necesita reparaciones".
Por la cercanía a su trabajo, otros creen que podrán evitar contratiempos.
Edmundo Hernández, empleado de The Corner Bakery, en Westwood, y quien vive en Santa Mónica, considera que una ventaja para él es su hora de entrada: a las 4:00 de la madrugada.
"Cada quien está tomando sus medidas. Yo no creo que vaya a tener problemas para llegar", expresó Hernández. Dijo que anticipa que el restaurante estará saturado de clientes, ya que mucha gente preferirá quedarse en casa y comer en un lugar cercano a enfrentarse a los congestionamientos.
Esa es la misma apuesta que hace Humberto León, empleado de un restaurante Chipotle, situado cerca de UCLA.
"Yo voy a tratar de venirme más temprano, por si acaso, pero no estoy preocupado", dijo León, residente de Santa Mónica.
Lo que sí le preocupa es que el sábado de ese fin de semana está invitado al bautizo de un sobrino en Santa Ana.
"¿Quién sabe cómo voy a llegar?", dijo.
Viajes gratis en METRO
Para contrarrestar el cierre, METRO ofrecerá viajes gratuitos y servicio
adicional en la Línea Naranja, Roja y Morada. También tiene previsto agregar 61 autobuses el sábado y domingo en ocho de las principales líneas de autobuses y hasta 16 autobuses para cubrir el servicio nocturno y de medianoche en las principales rutas del Valle de San Fernando y el oeste de Los Ángeles.
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